sábado, 31 de diciembre de 2011

¡¡FELIZ 2012!!

En el último día del año siempre me veo envuelta de un cierto aire melancólico. Quizás es el inevitable balance en el que valoras lo que te habías propuesto para el año que se termina y lo comparas con lo que realmente has hecho, y sacas conclusiones.

2011 ha sido un buen año, en general. Año de cambios en muchos aspectos de mi vida, la mayoría positivos, cambios dentro de todo un proceso de cambio del que decidí tomar parte activa ya hace un par de años. Algunos cambios son fáciles pero la mayoría cuestan mucho, ya que romper las inercias del entorno y de toda una vida no resulta tarea sencilla. Pero sigo caminando, y de la mano de mi preciosa hijita es aún más fácil, porque con su crecimiento y florecimiento me voy descubriendo más a mi misma. Aprendo de ella cada día, y ella de mi, y es maravilloso sentir que no me estoy perdiendo sus primeros años.

Miro hacia la nochevieja del año pasado y puedo ver que mi bebé se ha convertido en una pequeña niñita, una pequeña chicharrera que no para de evolucionar, que nos deja sorprendidos con razonamientos lógicos, que pregunta cosas que hacía tiempo que no nos preguntábamos a nosotros mismos y que uno piensa por qué dejo de preguntárselas. La nochevieja pasada la vivimos en familia, celebrando con abueolos, tíos, con mucho jaleo. Esta la vamos a vivir también en familia. Pero en la intimidad de nuestra casa. La primera en Tenerife los tres juntos. En nuestra nueva casa. Y, aunque tengo una sensación rara , he de reconocer que me ilusiona. Será especial a nuestra manera. Sin una gran organización, una cena sencilla, con velitas, quizás en pijama... Nuestra noche.


Y quería compartirlo aquí, con los pocos que todavía me leeis. Deseo que paseis una noche muy especial y que el año que entra lo lleneis de lo que más queraís, y si puede ser, de amor dentro de vuestros corazones.

¡¡¡¡¡FELIZ 2012!!!!!

lunes, 26 de diciembre de 2011

SI LE, NO LE o de como hacer trueque de jueguetes en Madrid

Si, estoy en Madrid desde el día 13 y por eso no he publicado nada en todo este tiempo. Ya sé que el blog trata de planes con nuestros pequeñines en Tenerife, pero no quería dejar de compartir la experiencia que tuvimos en el SI LE, NO LE organizado en  la Casa Encendida de Madrid por la rede de trueque urbano ADELITA. Me enteré de rebote y a última hora, pero nos pareció tan buena la iniciativa que allí nos plantamos el último día por la tarde.

¿En qué consiste? En cambiar los juguetes que nuestros hijos ya no utilizan, por otros que otros niños han dejado de usar, y así fomentar el intercambio dándoles nueva vida a esos objetos que estaban condenados a vivir en el fondo de un trastero. Es una forma educativa de enseñar a nuestros hijos que es posible comprar sin traer dinero, mediante el truque, un sistema tan bueno como antiguo.

Bueno, y ahora voy a contar como funcionaba.

La primera parte hay que hacerla en casa. Buscamos jueguetes y cuentos que estén en buen estado y de los que nos queramos deshacer. Si los niños ya son grandes es conveniente hacerlo con ellos, que participen en el proceso de "desprendimiento". Cuando llegamos allí, lo primero que hicieron fue valorarnos los juguetes que llevábamos. Había tres categorías: amarilla, con los juguetes de menos valor y en peor estado, la verde, con juguetes normales en buen estado, y la categoría roja, que tenía los mejores juguetes.

En función de lo que hubieras llevado, te daban una tarjeta del color apropiado, que tu canjeabas por otros juguetes de la misma categoría. Es normal que así sea porque no sería justo que uno llevara un muñeco roto y se volviera a casa con un triciclo todo terreno. La organización y el comportamiento de los participantes fueron estupendos. Los niños podían cambiar una o mil veces su elección, y estar jugando allí con sus juguetes antes de hacer la elección definitiva.

Decir que me hizo mucha ilusión ver a un niño salir con el perro de peluche con gorro de papa Noel con el que tanto había jugado (no mi hija, sino yo!!!)

Aquí dejo un enlace a un video de los informativos de la Sexta donde hablaban  de ésto:


http://www.lasextanoticias.com/videos/ver/intercambio_de_juguetes/356313

Tengo que estudiar la manera de promover esto en Tenerife.

Que paseis una gran semana!

viernes, 9 de diciembre de 2011

Restaurante el Bisoñé


 Ayer tuvimos la visita de unos buenos amigos que viven en Las Palmas y, después de un lindo paseo por el Bosque de las Mercedes, en el Parque Rural de Anaga, queríamos ir a comer a algún restaurante. Hasta aquí, todo normal. El problema es que nuestros amigos tienen tres hijos pequeños (6, 5 y 1.5) que con la nuestra de 2.5 años, formábamos una tropa a la que cualquier dueño de restaurante habría puesto el cartel de "Está todo completo".

Por suerte conocíamos el lugar perfecto para ir sin miedo a equivocarnos. El RESTAURANTE EL BISOÑÉ.

Planito de como llegar
Puedo afirmar que es uno de los restaurantes más singulares y con más encanto que conozco. Se nota que es el capricho de sus dueños, Chano y Ana, ya que sus paredes destilan cariño y recuerdos por doquier. Es como un pequeño museo de cuyas paredes cuelgan, desde cámaras de fotos antigüas, trompetas, camiones de juguete, jaulas con pajaritos que trinan al pasar por debajo, carruseles y un sinfin de objetos cada uno con su historia que Chano estará encantado de relatarte. Solo puedo decir, que hay hasta un confesionario tamaño real con su cura y todo :)

Llegar a El Bisoñé no es fácil. Te lo tienes que saber, ya que no hay indicaciones. En las tarjetas del restaurante hay un pequeño croquis donde indican como llegar. El punto clave es la señal del prohibido vehículos de más de 7 toneladas encima de la de límite 40km/h  :) 

Como disfrutaron en las hamacas!

Nada más llegar y bajarte del coche, puedes respirar el aroma de los grandes eucaliptos que sostienen tres grandes hamacas. Imaginaros las caras de los niños. No pasó ni un segundo para que se abalanzaran sobre ellas y disfrutaran balanceandose como si estuvieran en un  columpio. Caminando hacia la entrada del restaurate, unas mesas al aire libre en sendos cenadores, una mesa de pimpón, el perro Lucas, un futbolín del que se puede disfrutar gratis ... y un gran baúl lleno de juguetes para los más pequeños. Desde muñecas, superheroes, juegos de construcciones, cuentos... Los niños estaban encantados sabiendo que cuando terminaran de comer, se podían ir tranquilamente a jugar, o bien traerse a la mesa el juguete que prefirieran. Y es que además, como El Bisoñé es una antigua casa de campo reconvertida en restaurante, las mesas están distribuidas en distintas habitaciones, con lo que puede que estés solo en la estancia y mientras los adultos disfrutan de la comida y la sobremesa, los niños pueden estar jugando en el suelo sin molestar a nadie.

La piloto barquillera
Incluso una de las habitaciones la tienen reservada como sala de descanso, y si cierras la puerta te encuentras un cartel que dice "Silencio, niños durmiendo"

Podría escribir una entrada kilométrica añadiendo detalles y detalles de este magnífico lugar, pero es preferible que lo descubrais por vosotros mismos.
Solo me queda decir que, además, se come estupendamente. Nosotros ni siquiera pedimos la carta (aunque por lo original e irónica merece la pena leerla). Nos fiamos del buen gusto de Ana que nos fue trayendo platos hasta que no pudimos más. Abrimos boca con las "regañás", que son unos biscuits de pan con almogrote, queso con berberechos y queso con huevas de caviar, continuamos con escaldón sobre un trocito de cebolla, tortillitas de camarones con un delicioso salmorejo, berenjenas fritas con miel de palma, unas garbanzas que no se las salta un fraile, y un solomillo con papas que puso el punto y final junto con un surtido de tartas y postres. Después de semejante comilona gustosamente habríamos echado una buena siesta en las hamacas... pero con cuatro niños compitiendo por subirse fue misión imposible.

Nos fuimos de allí casi a las seis y media de la tarde, ya el sol cayendo, y con la sensación de haber gozado de un día estupendo. Y es que es un gusto encontrar un lugar al que ir con tus hijos sin miedo a molestar.

Detalle de las mesas


Chano. ¿Por qué se llamará el Bisoñé? jejeje
La nueva ventita que han abierto